martes, 30 de septiembre de 2014

Invocación norestense



¡Invoco a la noche,

invoco al viento

Invoco a las estrellas ocultas por la luz de la ciudad,

invoco a la luna que sube por el este
y al Cerro de la Silla,
invoco al Topo Chico; volcán de aire
y al Cerro de las Mitras,
invoco al desierto de García
y a los cañones de la Huasteca; lugares sagrados,
invoco a la Sierra de Papagayos 
y al bélico Cerro del Obispado

Invoco a la inescrutable Sierra Madre 
que nace y se eleva al sur,
invoco a Wirikuta y al Venado Azul!



Monterrey, Nuevo León
julio 2014


Vieja ciudad de adobe

Capital de mil formas
de recuerdos que se mueren entre el polvo
de tus carros, de tus fábricas y gentes
que se hacinan y tu muerte no la sienten

¿Qué harás con la violencia
de tus tardes y tus noches en tu calle
y tus parques y edificios coloniales
convertidos en feroces ejes viales?

Vieja ciudad de hierro, Rockdrigo González


'Nuestro horizonte es hacia arriba': 
me dijeron una vez por aquel rumbo de Lázaro Cárdenas y Boulevard Acapulco, estabamos rodeados de montañas: al sur las faldas de la Sierra Madre, al este el Cerro de la Silla y al norte el Cerro de la Campana. 

Hoy vi muchas formas de resistencia verde como las que me mostrabas de las grietas del cemento, el pavimento: emergiendo verdor, 
y árboles cercenados a los que les ha brotado una extremidad, 
que cobran vida con septiembre, 
y árboles con cierta verticalidad ética que fueron arrastrados por la corriente del río Santa Catarina y que comienzan a pararse...
              
    La ciudad es atroz con sus muchos policías rondando el centro, 
                                 con sus avenidas incruzables, 
  con su transporte público con televisiones vendiéndonos todo.
 La ciudad es comal con su cemento que no deja respirar a la tierra,
                  hoy la percibí diseñada para chuparnos la energía: 
                                                        SOLEDAD, 
                         vacío (en los bolsillos, en el pecho), 
                                                             arraigos (cuotas familiares), 
                                                                  celeridad

Claridad mental y lucidez
resistencia, resiliencia
buscar y saber quién y qué, en medio del infierno, no es infierno:
                              Las montañas que nos rodean no son infierno, 
                                                    el tiempo con vos no es infierno,
                    brincar ágil por los muros y los techos no es infierno,
                                                                                          
la música nos redime



Guadalupe, Nuevo León
30 septiembre 2014

11.36 p.m.

martes, 2 de septiembre de 2014

Otakame



Llego a un camión que partirá de la avenida Pino Suárez, en Monterrey, lleva mucha gente, voy a ver a Nico, un hermano viajero, de Resistencia, Chaco,  y a un marakame con mirada escrutadora. Me recuerdo de la mirada de aquel viejo en la sierra cerca de la costa oaxaqueña, el guardián de la aguas termales; de pocas palabras, mirada de brujo, movimientos cautelosos, hombre de a caballo.
Voy a que me sane del estómago. Me siento en sus piernas, me abraza por detrás, reza algo en su idioma y aprieta mi estómago, siento calor, sigue el rezo luego grito muy fuerte, él sigue apretando y liberando calor.


Termina, sigo sintiendo caliente, quiero darle algo, no tengo nada, le digo a Nico que me dé la dirección del marakame para enviarle algo o ir a llevarle algo, me siento muy mal de no poder darle nada. El marakame me mira serio y dice que sí. 
Me van a buscar, me siento con prisa pues me esperan para partir a otro lugar, me duele no quedarme más con Nico. Me bajo, y se me atraviesa un carro, le pego en el cofre, luego me voy corriendo impulsándome con las manos para ir rápido, y pienso que me han de ver raro, pero me gusta ir rápido y las escapatorias, parkureo, trepo a unos edificios, brinco de uno a otro…

Guadalupe, Nuevo León
2 septiembre 2014